LA RUTA DEL AGUA. 


Los ríos más profundos 
son también los más silenciosos


Pasan quince minutos de las 18 horas del sábado día 8 de julio de 2017 y estamos en el camping de Luxemburgo ciudad, a unos 4 km del centro. Hasta ahora no había tenido ni cinco minutos para escribir unas pocas líneas sobre el viaje de ida ya que hemos estado parando mas allá de las 21,30, la primera noche en Ondres playa el día de partida y ayer a las 22 horas en un aparcamiento cerca de Chaloix en champang a unos 10 km de la autovía.

Pero empiezo por el principio.

Este viaje fue el que empecé a preparar para hace dos veranos. Se rompió. Quedó roto por el diagnóstico de la enfermedad terminal de mi padre. Las circunstancias nos obligaron a quedarnos más cerca de España.  

Una vez más, aquí están ellos, siempre presentes.¡Cómo los echo de menos!, cómo sigo aún, aprendiendo de ellos, aunque no estén. 

Se aprende a ser hijo, cuando se es padre, y se profundiza más, cuando dolorosamente, ya no están. Es ahora, después, cuando tenemos que seguir el camino que comenzamos, sin su apoyo.


Ahora,...estamos solos.


Y el verano pasado fue el de Angel, el que él deseaba hacer por su jubilación, así que ya tocaba.

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