LA MOSELA
Lunes 10. BERKANSTEL KUES nos atrapa
Trayecto: Thrier-Losnich
Pernocta: area de autocaravanas de Losnich después de Erden (49.976115;
7.041537).
Tras dejar Trhier, comenzamos nuestra ruta por "La Mosela" poniendo rumbo a Bernkastel-Kues pero parando antes en Leiwen en el hotel zummethof (49.813385;6.905991) para asomarnos a una preciosa vista sobre el meandro que el Mosel forma en este punto.
Y entre medias un hermoso paisaje verde salpicado de casas blancas cubiertas de negros tejados de pizarra rodeadas de viñedos, con los que tomamos contacto por primera vez. Todo muy armonioso, ordenado, limpio....muy...alemán. Pero lo digo con envidia sana.
Vemos autocaravanas por todos los sitios, van, vienen, también muchos camping y areas. Un paraíso para los que elegimos esta forma de viajar. Y me sorprende ver los tamaños que tienen algunas, como autobuses de lujo. Y no hemos visto una o dos. Ayer en el área coincidimos con tres, y ahora, en esta, hay otra y a lo largo de la tarde se sumó una más. Sin contar con las que nos cruzamos en nuestro camino.
En Bernkastel-kues
intentamos dejar la autocaravana en un aparcamiento junto al rio, pero no
encontramos sitio. En el muelle hay muchos barcos que deben hacer recorridos
turísticos por él.
Decidimos ir al aparcamiento para autocaravanas. Primera hora gratuita y luego 1,20€ hasta un máximo de seis horas. No se permite la pernocta.
Aparcamos en Bernkastel y acompañados siempre por el río atravesamos el puente para entrar en Kues en la orilla contraria y la belleza de esta localidad nos atrapa.
Decidimos ir al aparcamiento para autocaravanas. Primera hora gratuita y luego 1,20€ hasta un máximo de seis horas. No se permite la pernocta.
Aparcamos en Bernkastel y acompañados siempre por el río atravesamos el puente para entrar en Kues en la orilla contraria y la belleza de esta localidad nos atrapa.
Nos encontramos con una hermosísima plaza del mercado rodeada de casas de entramado de los siglos XVI y XVII de blancas fachadas con las maderas de color contrastando vivamente. En otras, las vigas están pintadas artísticamente. En el centro, la fuente de San Miguel.
Atrapados, nos dejamos perder por sus calles también cuajadas de hermosas casas cuyos balcones se asoman a ellas, algunos cargados de geráneos que pintan de colores estas bellas fachadas. Y gente, mucha gente por todos los lados. Además, es la hora de comer y todos los restaurantes están llenos, en un 90% turistas locales, disfrutando de sus comidas.
Subimos, bajamos, entramos en tiendas, compramos,.. siempre sin dejar de disfrutar de maravillosos y pequeños rincones llenos de encanto, el encanto que solo tiene la arquitectura popular, sencilla, armoniosa. Toda una belleza.Hijo de esta ciudad fue Nicolas de Cusa (Nicolalus Cusanus) conocido por sus ideas revolucionarias como la infinidad del universo, la rotación de la tierra y…la relatividad de la masa. Reconocido como uno de los más importantes filósofos y matemáticos del siglo XV, reveló el error del calendario Juliano, defectos confirmados 100 años después en el calendario Gregoriano.
Y ahora levanto mis ojos del ordenador para fijarme en la vista que tengo frente a mí, las verdes laderas cuajadas de viñas que descansan en el río por el que ahora nadan elegantemente media docena de blancos cisnes. Se deslizan con tal suavidad que parecen movidos por un invisible mecanismo. Son cisnes salvajes y dan un extraño aspecto a este lugar tan mágico.
Después de pasear una hora y media perdidos entre calles y casas de entramado, regresamos.
Son casi las 15, hora de comer, pero decidimos probar suerte a ver si a lo largo de nuestro recorrido encontrábamos algún sitio agradable donde hacerlo. Este está inclinado y en quince minutos se acaba nuestro aparcamiento.
Pero no es así, así que decidimos desviarnos un poco y quedarnos a la entrada de lo que es un área pero cuando nos disponíamos a comer supimos que también formaba parte de ella así que decidimos alimentarnos y marchar sin nuestra siesta de rigor. El sitio no era bueno para pernoctar ya que a sus espaldas tenía la carretera y el puente que cruzaba el Mosela, al lado. Un poco ruidosa.
Seguimos recorriendo el río con la idea de ir buscando alguna área que nos gustara, y esta, la primera, lo ha conseguido. Muy tranquila y con mucho mucho espacio. Son ahora las 19,45horas y dudo que la lluvia respete la cena. El cielo gris es amenazante y se escapa alguna que otra gota.
Y así fue. Cayó agua, pero escampó y las nubes dejaron paso a un sol de atardecer con una bonita luz. Cenamos pronto, como venimos haciendo y alrededor de las 22, casi con luz todavía, nos fuimos a dormir.
Martes 11. El día soso
Itinerario: Losnich- Traber-trarbarch-Bremm-Briedern
Pernocta: área de Briedern
((50.111788; 7.208612)
Y estuvimos durmiendo hasta las 8,30. Pero cuando nos levantamos nos
encontramos una desagradable sorpresa: agua junto al depósito. Nuestro
descubrimiento de ayer y al que no dimos importancia, parece tenerla ahora.
Ayer cuando detectamos la primera pérdida, casi insignificante, nos pusimos en contacto con
javier55 para comentarle lo pasado y como siempre, nos atendieron con mucho
cariño.
Hablamos con Mª Jesus y sencillamente la informamos y pedimos que nos tuviera en cuenta en sus
oraciones para arreglarlo al regreso. Pero hoy, al estar ligeramente
inclinados a la derecha, el agua ha
mojado la alfombra haciendo una mancha de casi 20 cm de diámetro. Cuando destapamos
descubrimos que goteaba casi de forma continua. Intentamos tapar con
esparadrapo, cinta aislante o lo que encontramos a mano por donde supuestamente
veíamos la pérdida pero no dio resultado y la perdida continuaba.
Desesperada me fue al vecino alemán que tenía una autocaravana enorme
con un garaje que casi era una habitación y armada del movil le pregunté utilizando solamente la palabra “silicón”,
pero no me entendió así que le enseñé el móvil con la traducción al alemán de
“¿tiene silicona?” escrita. Afirmó con la cabeza a la que vez que decía eso de “iiaá iaá” pero de ahí no le sacaba
así que con gestos conseguí hacerme entender. Hay que ver que cerrados son.
¿para qué pensaba él que le pedía silicona?, ¿Cómo simple información?. Sacó dos
tubos y el aplicador y aquí ya me atasqué. Parece que me daba a elegir entre
ambos y yo ya no sabía qué decidir y Angel empeñado en que no quería pedir
nada, pero no tuve más remedio que pedirle ayuda.
Así elegimos un tubo y allí estuvo el hombre envolviendo la bomba del
enfriador hasta dejarla como un capullo de oruga, pero...aquello seguía
perdiendo. Era descorazonador. Empecé entonces a buscar soluciones. Teníamos
dos opciones: o regresar, o sobrevivir sin agua. No obstante yo, y lo repito
mucho, no me rindo fácilmente así que decidimos volver a llamar a javier55 para
contarle lo que pasaba. Nos dijo que no era de la bomba y que probáramos por
donde pinchaba al depósito, retirándola unos milímetros y dando silicona, pero
“buena”, porque no he dicho que la del alemán estaba caducada desde el año
2013. Que aprovechan las cosas, lo sabemos, pero tanto....aquello era una masa
de la que Angel se quejó porque no podía trabajar por su densidad. Devolvimos la silicona a su dueño y le dimos
5 euros que era lo que nos dijo que costaba, pero como antes le dijimos que estaba caducada,
rechazó su cobro y reunidos nuestro vecino alemán con otros holandeses en grupo
fueron dando silicona
donde pensaron que era necesario.
Vaciamos el depósito del agua para que se fuera secando y probar con lo
que nos dijo Javier. En el peor de los casos yo, que soy un poco neura en
cuanto a previsiones, llevaba una ducha portátil que debe tener la friolera de
10 años, pero que comprobé antes de salir que aun funcionaba. Así, enchufada a
12v, podemos llenar cubos con agua guardada
en garrafas, introducir la bomba y utilizar
el “teléfono” de la ducha como grifo para fregar en la misma pila. Para
ducharnos, similar operación, calentando el agua previamente, echándola en el
cubo y duchándonos en él. Únicamente tendríamos que aprovisionarnos de
más garrafas de agua, las que pudiéramos llevar en la bodega. En peores nos
hemos visto y hemos sobrevivido. Además,
nosotros empezamos a viajar en un
R-11 con una tienda de campaña “canadiense”
para dos personas en la que nos teníamos que vestir tumbados. Es verdad
que éramos más jóvenes, pero las peores circunstancias de ahora no se
aproximaban para nada a las de entonces en cuanto a precariedad. Y siempre nos
hemos apañado muy bien.
Así que cargamos agua para beber y pusimos rumbo a Traber-trarbarch a donde llegamos un poco después.
Pero la ciudad, sinceramente, no tiene nada del otro mundo. Al parecer
fruto de su floreciente economía, un afamado arquitecto diseñó varias mansiones
en la ciudad que son hoy una joya arquitectónica del XVIII, pero que a mí,
personalmente, no me dicen nada.
Pero encontramos algo que necesitábamos: una oficina de turismo y en su
interior -aunque Angel se negó a preguntar- una persona que hablaba español a
la que le expliqué someramente lo que nos pasaba y lo que precisábamos. Nos señaló
la dirección de una ferretería próxima y nos escribió en alemán el tipo de
silicona indicada para ello, lo que nos resultó muy útil ya que había varios
tipos y no hay quien entienda este endiablado idioma. Si no hubiéramos
preguntando, jamás habríamos encontrado la ferretería, y mejor ahora que estar
buscando o esperando a encontrar una en nuestro camino, que como se ha visto,
al menos hoy, no hemos encontrado ya que lo que visitábamos fueron localidades
muy pequeñas. Posiblemente hasta Koblenz no hubiéramos tenido esa posibilidad.
De regreso a la autocaravana decidimos aplicarla y darle tiempo hasta
mañana para que secara bien. Por la mañana, llenaremos el depósito y
comprobaremos si ha dado resultado o tenemos que buscar garrafas de agua.
Con el barullo formado se me olvidó anotar que a primera hora de la mañana han llegado al área
dos vehículos pequeños que llevaban, uno pan y bollos y otro fruta. Entran en
el área, avisan con sonidos especiales y abren un lateral enseñando una tienda
con mostrador incluido. Poco tiene que ver con los vendedores ambulantes de
nuestro país que van por los pequeños pueblos de nuestra geografía en camiones
abriendo las puertas traseras y mostrando sus mercancías en cajas de plástico o
de cartón.
En el aparcamiento de Traber-Trarbarch hemos comido, descansado un poco
y puesto rumbo a Brem, nuestra siguiente parada.
No obstante nos detuvimos antes en la misma carretera para ver una casa cuyas formas arquitectónicas recordaban algo a Gaudí, (en Merl, Zell: 50.036203;7.176802) con formas curvas originales. Algo que se salía de lo normal. Y la encontramos y fotografiamos desde la misma carretera. Su curiosa y original combinación de formas curvas, con rectas, ángulos y manejo de proporciones, haría las delicias de un arquitecto.
No obstante nos detuvimos antes en la misma carretera para ver una casa cuyas formas arquitectónicas recordaban algo a Gaudí, (en Merl, Zell: 50.036203;7.176802) con formas curvas originales. Algo que se salía de lo normal. Y la encontramos y fotografiamos desde la misma carretera. Su curiosa y original combinación de formas curvas, con rectas, ángulos y manejo de proporciones, haría las delicias de un arquitecto.
En nuestro camino, más y más áreas, pero aquí
las que vemos están casi pegadas a la carretera, es más, en alguna de ellas se ve
a la gente disfrutando de las vistas que ofrece el río desde la misma
carretera. Parece que se acaba lo bueno.
Y bremm no tiene nada en especial, aunque si nos detuvimos fue porque tenía escrito que era un lugar bonito, pero no encontramos nada destacable, excepto....subir al mirador de Neef....que eso, como lo tenía en otra hoja, se me olvidó, lo mismo que pasear por la localidad de Ediger Eller que dejamos atrás en nuestro camino. Así que mañana tenemos que regresar, deshaciendo 15 km, por torpes o quizás, mejor dicho, por desordenada o desorganizada al tener información sobre el mismo sitio en dos lugares diferentes. Porque las fotografías que recuerdo del mirador del meandro en este punto eran bastante espectaculares.
Lo que sí pudimos confirmar es que aquí se encuentran las pendientes más empinadas de Europa para el cultivo de vid, casi de un 70% de inclinación.
No dejamos de comparar esta zona con la recientemente visitada Rivera Sacra
gallega, en diciembre pasado. Aquí hemos visto, pero no en todos los cultivos,
un sistema de recogida en monorail. Si en nuestro país algunos viñedos disponen
de vagonetas que suben la pendiente por dos railes, aquí lo que vemos es un
rail sencillo que tiene una maquina tripulada con, suponemos, distintos
accesorios necesarios en cada época para desplazarse a lo largo de estas
pendientes tan pronunciadas. Estos monorrailes bajan hasta la misma carretera
facilitando así la labor de carga de los camiones que recogen la cosecha. Un
sistema aparentemente más sencillo y barato, aunque a lo mejor no lo es.
Y de camino, en Briederm hemos encontrado una señal que nos dirigía al
área donde nos encontramos ahora, junto a un embarcadero donde hay un par de
barcos para turistas amarrados.
Hay una pequeña explanada para autocaravanas junto al río frente a una empinada ladera cubierta hasta la mitad de viñedos (50.111788; 7.208612). Tenemos dos carreteras, una a cada lado del río, pero una está a unos 500-700 metros arriba, detrás de nosotros y la otra de frente, pero muy poco transitada y curiosamente bastante silenciosa. Nada que ver con el ruido que hacía la carretera de la noche pasada que estaba más o menos a la misma distancia.
Hay una pequeña explanada para autocaravanas junto al río frente a una empinada ladera cubierta hasta la mitad de viñedos (50.111788; 7.208612). Tenemos dos carreteras, una a cada lado del río, pero una está a unos 500-700 metros arriba, detrás de nosotros y la otra de frente, pero muy poco transitada y curiosamente bastante silenciosa. Nada que ver con el ruido que hacía la carretera de la noche pasada que estaba más o menos a la misma distancia.
Los vecinos belgas de al lado se han acercado a saludarnos amablemente –o al menos eso creímos al principio-. No hablaban inglés, ni poco, ni mucho, ni nada. Solo alemán y como han podido, con gestos, nos han dicho que a las 10 de la noche se van a dormir. No sé si pensaban que íbamos a organizar un tablao flamenco hasta altas horas de la madrugada. Les hemos dicho que nosotros...también, minutos más o menos. Quedará, como otra anécdota del viaje.
Y mientras escribía estas líneas, ha vuelto a llover y ahora, un poco después, el cielo no amenaza lluvia por lo que he salido a disfrutar del aire libre mientras esperamos la noche.
Después de cenar, el tiempo aún nos permitió dar un breve paseo por un cómodo camino junto al río y con los viñedos a un lado. Tula disfrutó de lo suyo buscando y persiguiendo bichillos. Un poco de lectura y aún con un poco de luz, sobre las 22 horas nos fuimos a la cama.
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